En el marco del proyecto financiado con fondos europeos BRITER-WATER, un equipo de científicos ha desarrollado un sistema de tratamiento de aguas residuales que no contienen sustancias químicas tóxicas, como las que genera la industria alimentaria. Su novedad es que está hecho de bambú, una planta que fue escogida por la densidad de sus raíces. BRITER-WATER ya ha sido probado con éxito en una fábrica francesa dedicada a la producción de refrescos. Funciona como un filtro vegetal en el que se hace pasar el agua residual a través del suelo de una plantación.